miércoles, 13 de junio de 2012

EL NACIONALISMO, CORTO DE MIRAS Y CON “MALA LECHE”




Siempre he considerado a los nacionalistas un poco cortos de miras, pero cada día demuestran que además de eso tienen una dosis de “mala leche”, como se dice por aquí.

Resulta que, como consecuencia de la Eurocopa 2012, el fabricante de coches Hyundai solicitó al ayuntamiento de la Ciudad Condal permiso para instalar una pantalla gigante, con el fin de que los aficionados pudieran ver los partidos de la selección española en el citado campeonato.

Pues bien, el ayuntamiento de Barcelona negó este permiso. Se ha de indicar que el coste para la Ciudad era de cero euros, ya que el evento iba a ser sufragado por Hyundai.

Hasta ahí la situación se puede entender, el nacionalismo no hará nada por facilitar la exaltación de España, para ellos que la mayoría de la población disfrute con la selección española de fútbol es algo que se debe evitar. Pero lo que resulta triste, preocupante y demuestra la “mala leche” de esta gente es que hayan permitido la instalación de una pantalla gigante para seguir el encuentro entre Portugal y Alemania.

La verdad es que parece cachondeo, y digo parece porque es penoso que en la segunda ciudad más importante de España no se permita instalar una pantalla para ver a la selección Nacional y sí se permita para seguir a un equipo extranjero.

Y como esas las que se quieran. 

El ataque a todo lo que suena a español por parte de los políticos nacionalistas es constante y va calando. Es una estrategia muy estudiada, la de anular a todo lo que huele a español. Suerte que en Cataluña y sobre todo en Barcelona, la gran mayoría de las personas se sienten catalanas y españolas, aunque los nacionalistas se nieguen a reconocerlo y pretendan hacer ver que existe una realidad paralela, una realidad que se adapta a lo que ellos quieren imponer a todos.

2 comentarios :

  1. Esta entrada tiene fecha de junio-2012, pero podría ser perfectamente de febrero-2010 o de octubre-2014.

    Porque en su afán "diferenciador" a base de demonizar al enemigo inventado del cual se creen víctimas, son cavernícolamente recalcitrantes.

    Daría igual que España fuese la primera potencia mundial económica, política y militar. Lo suyo, lo nacionalísticamente pelma y estomacante, va en sus propios genes y es una idea más simple que el mecanismo de un botijo: sin demonio exterior no encuentran justificación propia, interna, justificativa. Si se demoniza España siempre se encontrarán cientos de excusas, o estupideces como la de las pantallas de televisión, para justificarse a sí mismo el recalcitrante en su fe dogmática-nacionalista mientras se mira el ombligo.

    O dicho de otra forma: la invención de un enemigo exterior es la condición sine qua non se justifica la existencia de los nacionalismos soeces que tenemos que sufrir en esta península hispana.

    En efecto, Ángel: son de vista corta.

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